RAZONES DE GRANIZOLUNAR
(Editorial)
Arremolinado, cabalgando sobre el Amaru andino, sobre el Calluash culli, retorciéndose por entre las nubes, combatiendo con los rayos de Catequil, fulgurando en los inviernos serranos, ametrallando las tardes tenebrosas de invierno. Furioso prueba nuestra persistencia, marca rotundamente los macollos de los maíces, deshace los papales, es nuestra corajuda ira, contigo hemos combatido durante milenios, y cada uno tiene su tarde victoriosa.
Cuando el granizo crepita sobre los tejados, saltando eufórico en el suelo, inundando de blancor toda la sierra. Sobre él caminamos, crujiente bajo nuestros llanques, pequeños fragmentos arrancados de la luna, de esa gran luna del plenilunio. De la Mama Quilla, solitaria musa, moradora de insomnios, parco lanzarillo de caminantes, roturadora nocturna, medallón de las hilanderas, luna nueva y vieja, luna verde de Lorca, luna llena, luna ombligo del cielo, cordón umbinical.
Así la luna, llegando en ráfagas violentas a mis manos, ardiéndolas, y el granizo gigante congelado en los aleros ocres de mi pueblo, hundido en el cielo azul de agosto.
Por eso GRANIZOLUNAR.
Por: Lucio Flores Prado.
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